¿Ni una más, o una menos?… el drama de los feminicidios

¡Ni una más!, es la consigna que por muchos años ha invadido las redes sociales, con carteles que hacen alusión a los feminicidios. ¡Ni una menos!, al igual que la consigna anterior, ha sido vociferada tanto por hombres y mujeres que marchan para llamar la atención de las “autoridades”, para que estas presten atención al drama que hoy día viven muchas familias dominicanas, por la muerte trágica de cientos de mujeres a manos de sus parejas y exparejas.

Sin embargo, al parecer el efecto es contrario a lo que se espera, porque esas consignas que también buscan concientizar a hombres violentos y maltratadores, las noticias nos muestran que cada día se transforman en ¡una más! o ¡una menos!… ¿Saben por qué? Porque lamentablemente con marchas y pancartas un hombre no es psicoeducado y no se hace consciente de su problema.

Podemos asegurar que muchos de los que hoy día quitaron la vida a esas mujeres y que incluso, terminaron suicidándose también, en algún momento criticaron la actitud de hombres que lo habían hecho antes que ellos. Lo cual nos dice que muchos de los que hoy están hablando y hasta criticando los casos acaecidos recientemente, mañana podrían ser los protagonistas de otras historias, tragedias y noticias; mientras que mujeres que quizás subestimen la peligrosidad del hombre que hoy amenaza, serán las víctimas de esos hombres. Y es que, en el tema de los feminicidios, 2+2 no siempre serán 4.

Esto nos debe llevar a pensar, en ¿cómo se pueden proteger a las que aún están vivas? La psicoeducación a las mujeres que asisten a las fiscalías es básica y esencial para bajar las cifras. Una mujer debe estar clara del peligro al que está expuesta y, por lo tanto, se deben buscar estrategias reales para preservar su vida. Buscar la forma de alejarlas a ellas y no a ellos es vital.

Enseñar a la mujer mecanismos de defensas ante una crisis con un hombre descontrolado es indispensable; proveerlas de técnicas de autocontrol para evitar que las discusiones se hagan más acaloradas, mientras sea posible, es ser prudentes y debe ser la norma, porque cuando una persona pierde contacto con la realidad ya todo está perdido y es ahí donde vienen las tragedias. Instamos a cada mujer en situación de vulnerabilidad y peligro a actuar con suma inteligencia en lo que encuentra un lugar de refugio.

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